jueves, 6 de mayo de 2010

ADÚLTERIOS


“ADÚLTERIOS”, de Woody Allen

El pasado fin de semana se representó, en el teatro Isabel la Católica, la obra “Adulterios” de Woody Allen, dirigida por Verónica Forqué e interpretada en sus papeles estelares por María Barranco y Miriam Díaz Aroca.
Es una brillante comedia de humor ácido con divertidos diálogos llenos de sarcasmo, tiene el sello clásico de Woody Allen con sus típicos componentes como son el psicoanálisis, el sexo y Nueva York.
La obra se desarrolla en tiempo real en un salón de un lujoso apartamento con un gran ventanal al fondo por el que se divisa una admirable panorámica sobre Manhattan. Su dueña, una famosa psicoanalista, le confiesa a su íntima amiga que ha tenido una discusión con su marido y este piensa abandonarla para irse con otra. A través de una chispeante conversación con espontaneidad y frescura, se descubre que la amiga es la amante de su marido desde hace tres años y ésta cree que abandona a su mujer por ella. Pero, analizando diversas situaciones de sus vidas, llegan a la conclusión de que el promiscuo marido, las ha engañado a las dos con todas sus amigas comunes. Efectivamente, el marido entra en escena, llega para recoger sus pertenencias, acompañado de una chica de 23 años que es paciente de su mujer y es con la que piensa marcharse. También aparece el marido de la amiga, ingenuo y despistado. Los cinco personajes, un poco tocados, al más puro estilo de Woody Allen, se adentran en una conversación disparatada, hasta que aparece una pistola con la que todos juguetean y que supuestamente está descargada pero una bala en la recámara alcanza al marido y lo hiere en las llamadas partes nobles de su cuerpo. La obra acaba con la despedida de la pareja de amigos que vuelven a su rutina, la joven paciente da marcha atrás en su fuga y le pide cita a la psicoanalista para el día siguiente. El donjuán de marido queda maltrecho en el sofá y su mujer le dice con sarcasmo: “hijo!, el tiro te ha salido por la culata”
Miriam Díaz Aroca, sorprende gratamente en su papel de rubia descerebrada. En cuanto a maría Barranco, si bien con su espontaneidad y frescura natural que la caracteriza, creo que es más actriz de cine que de teatro. Su dicción se hace un poco difícil de entender, quizás también porque su interpretación lo requiere ya que se pasa toda la obra tomando copas. El personaje más conseguido, aunque con un papel más secundario, es el del marido de la amiga, físicamente es como Krusty el payaso de los Simpson pero con todos los tics y movimientos de Woody Allen. La imitación es perfecta. La obra es una jocosa crítica a la sociedad actual, muy bien conseguida.
LOLA L.D.

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